Rezo del Santo Vía Crucis
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Mateo 6, 5-8
Oración Inicial
Señor, Tú dijiste: "Si alguien quiere ser mi discípulo, tome su cruz de cada día y sígame" Yo quiero ahora seguir tus huellas y recorrer en espíritu tu vía dolorosa. Haz, pues, que cobre vida ante mi alma lo que padeciste por mi. Abre mis ojos, toca mi corazón, para que vea y grave en mi interior lo grande que es tu amor por mi, y me vuelva a Ti, mi Salvador, con toda el alma, y me aparte del pecado que tan amargos sufrimientos te causó.
Me pesan de todo Corazón, Señor, los pecados que he cometido. Quiero empezar de nuevo; ponerme seriamente en camino y seguirte. Ayúdame. Ayúdame también a llevar mi cruz contigo. Tu vía dolorosa es la escuela de todo padecer, de toda paciencia y toda abnegación. Haz que reconozca en ella mi propia indigencia. Enséñame a comprender lo que ella me sugiere, lo que debo hacer precisamente yo, y precisamente ahora. Y luego haz que esa comprensión se fortalezca y dé fruto, de modo que también yo actúe conforme a ella.
Por la señal †
de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos † líbranos,
Señor, Dios nuestro.
† En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
- Amén -
de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos † líbranos,
Señor, Dios nuestro.
† En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
- Amén -
I Estación
Jesús es senteciado a muerte
V. Te Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
En cada fiesta de Pascua, Pilato ponía en libertad al preso que la gente quisiera. Uno, llamado Barrabás había sido encarcelado.
Pilato preguntó: “¿Quieren que ponga en libertad al rey de los judíos?”
Pilato les dijo: “¿Qué hago con el que ustedes llaman rey de los judíos?”
La gente gritó de nuevo: “¡Crucifícalo!”
Pilato quería dejar contenta a la gente. Por eso dejó libre a Barrabás y, después de haber hecho azotar a Jesús, lo entrego para que fuera crucificado.
(Marcos 15, 6-15)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
En cada fiesta de Pascua, Pilato ponía en libertad al preso que la gente quisiera. Uno, llamado Barrabás había sido encarcelado.
Pilato preguntó: “¿Quieren que ponga en libertad al rey de los judíos?”
Pilato les dijo: “¿Qué hago con el que ustedes llaman rey de los judíos?”
La gente gritó de nuevo: “¡Crucifícalo!”
Pilato quería dejar contenta a la gente. Por eso dejó libre a Barrabás y, después de haber hecho azotar a Jesús, lo entrego para que fuera crucificado.
(Marcos 15, 6-15)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
II Estación
Jesús cargado con la Cruz
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Ellos se apoderaron de Jesús; él mismo llevaba la cruz a cuestas y salió a un lugar llamado la Calavera, que en hebreo se dice Gólgota.
(Juan 19, 17)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Ellos se apoderaron de Jesús; él mismo llevaba la cruz a cuestas y salió a un lugar llamado la Calavera, que en hebreo se dice Gólgota.
(Juan 19, 17)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
III Estación
Jesús cae la primera vez
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Fue maltratado y él se humilló y no dijo nada, fue llevado cual cordero al matadero como una oveja que permanece muda cuando la esquilan.
Fue detenido y enjuiciado injustamente sin que nadie se preocupara de él.
Fue arrancado del mundo de los vivos, y herido de muerte por los crímenes de su pueblo.
(Isaías 53, 7-8)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Fue maltratado y él se humilló y no dijo nada, fue llevado cual cordero al matadero como una oveja que permanece muda cuando la esquilan.
Fue detenido y enjuiciado injustamente sin que nadie se preocupara de él.
Fue arrancado del mundo de los vivos, y herido de muerte por los crímenes de su pueblo.
(Isaías 53, 7-8)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
IV Estación
Jesús encuentra a su afligida Madre
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Dijo María, su madre: “Mira, este niño debe ser causa tanto de caída como de resurrección para la gente de Israel. Seré puesto como una señal que muchos rechazarán, y a ti misma una espada te atravesará el alma”.
(Lucas 2, 33-35)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Dijo María, su madre: “Mira, este niño debe ser causa tanto de caída como de resurrección para la gente de Israel. Seré puesto como una señal que muchos rechazarán, y a ti misma una espada te atravesará el alma”.
(Lucas 2, 33-35)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
V Estación
Jesús es ayudado por Simón de Cirene
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Cuando lo llevaban, tomaron a un tal Simón de Cirene que volvía del campo, y le cargaron la cruz de Jesús para que la llevara detrás de él.
(Lucas 23, 26)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Cuando lo llevaban, tomaron a un tal Simón de Cirene que volvía del campo, y le cargaron la cruz de Jesús para que la llevara detrás de él.
(Lucas 23, 26)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
VI Estación
La Verónica limpia el rostro de Jesús
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Así como muchos quedaron espantados al verlo, pues su cara estaba desfigurada que ya no parecía un ser humano; así también numerosos pueblos se asombrarán, y en su presencia los reyes no se atreverán a abrir la boca cuando vean lo que nunca se había visto, y observen cosas que nunca se habían oído.
(Isaías 52, 14-15)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Así como muchos quedaron espantados al verlo, pues su cara estaba desfigurada que ya no parecía un ser humano; así también numerosos pueblos se asombrarán, y en su presencia los reyes no se atreverán a abrir la boca cuando vean lo que nunca se había visto, y observen cosas que nunca se habían oído.
(Isaías 52, 14-15)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
VII Estación
Jesús cae por segunda vez
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Ha sido tratado como culpable a causa de nuestras rebeldías y aplastado por nuestros pecados. Él soportó el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados.
Todos andábamos como ovejas errantes, cada cual seguía su propio camino, y Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros.
(Isaías 53, 5-6)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Ha sido tratado como culpable a causa de nuestras rebeldías y aplastado por nuestros pecados. Él soportó el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados.
Todos andábamos como ovejas errantes, cada cual seguía su propio camino, y Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros.
(Isaías 53, 5-6)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
VIII Estación
Las mujeres de Jerusalén lloran por Jesús
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lo seguía muchísima gente, especialmente mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él.
Jesús volviéndose hacia ellas, les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos”.
(Lucas 23, 27-28)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lo seguía muchísima gente, especialmente mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él.
Jesús volviéndose hacia ellas, les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos”.
(Lucas 23, 27-28)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
IX Estación
Jesús cae por tercera vez
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Oh Dios, sálvame, porque las aguas me llegan hasta el cuello.
Me estoy hundiendo en profundos barrizales, no hay dónde apoyar el pie.
Me estoy sumergiendo en profundas aguas y las olas me cubren.
(Salmo 69, 2-3)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Oh Dios, sálvame, porque las aguas me llegan hasta el cuello.
Me estoy hundiendo en profundos barrizales, no hay dónde apoyar el pie.
Me estoy sumergiendo en profundas aguas y las olas me cubren.
(Salmo 69, 2-3)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
X Estación
Jesús es despojado de sus vestiduras
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Y contaron mis huesos uno a uno. Esta gente me marca y me vigila.
Reparten entre si mis vestiduras y mi túnica se juega a los dados.
Mas tú, Señor, de mí no te separes, auxilio mío, corre a socorrerme.
(Salmo 22, 18-20)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Y contaron mis huesos uno a uno. Esta gente me marca y me vigila.
Reparten entre si mis vestiduras y mi túnica se juega a los dados.
Mas tú, Señor, de mí no te separes, auxilio mío, corre a socorrerme.
(Salmo 22, 18-20)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
XI Estación
Jesús es clavado en la Cruz
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Junto con Jesús llevaban también a dos malhechores para ejecutarlos.
Cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera lo crucificaron a él y a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
(Lucas 23, 32-33)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Junto con Jesús llevaban también a dos malhechores para ejecutarlos.
Cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera lo crucificaron a él y a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
(Lucas 23, 32-33)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
XII Estación
Jesús muere en la Cruz
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Jesús, al ver a su madre y junto a ella a su discípulo más querido, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Después dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Desde ese momento el discípulo se la llevo a su casa.
Jesús sabía que todo se había cumplido, y para que se cumpliera la Escritura dijo: “Tengo Sed”. Había allí un jarro lleno de vino agridulce. Pusieron en una caña una esponja llena de esta bebida y la acercaron a sus labios. Cuando hubo probado el vino, Jesús dijo “Todo está cumplido”. Inclino la cabeza y entregó su espíritu.
(Juan 19,26-30)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Jesús, al ver a su madre y junto a ella a su discípulo más querido, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Después dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Desde ese momento el discípulo se la llevo a su casa.
Jesús sabía que todo se había cumplido, y para que se cumpliera la Escritura dijo: “Tengo Sed”. Había allí un jarro lleno de vino agridulce. Pusieron en una caña una esponja llena de esta bebida y la acercaron a sus labios. Cuando hubo probado el vino, Jesús dijo “Todo está cumplido”. Inclino la cabeza y entregó su espíritu.
(Juan 19,26-30)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
XIII Estación
Jesús es descendido de la Cruz
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Intervino entonces un hombre del Consejo Supremo de los judíos que se llamaba José.
Este hombre de Arimatea, pueblo de Judea, esperaba el Reino de Dios. Fue a presentarse a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Habiéndolo bajado de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo depositó en un sepulcro cavado en la roca, donde nadie había sido enterrado aún.
(Lucas 23, 50-53)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Intervino entonces un hombre del Consejo Supremo de los judíos que se llamaba José.
Este hombre de Arimatea, pueblo de Judea, esperaba el Reino de Dios. Fue a presentarse a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Habiéndolo bajado de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo depositó en un sepulcro cavado en la roca, donde nadie había sido enterrado aún.
(Lucas 23, 50-53)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
XIV Estación
Jesús es colocado en el sepulcro
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Envolvieron el cuerpo de Jesús con lienzos perfumados con esta mezcla de aromas, según la costumbre de enterrar a los judíos. Cerca del lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto, y en el huerto, un sepulcro nuevo, donde nadie había sido enterrado. Aprovecharon entonces este sepulcro cercano para poner allí el cuerpo de Jesús, porque estaban en la Preparación del sábado solemne.
(Juan 19, 40-42)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Envolvieron el cuerpo de Jesús con lienzos perfumados con esta mezcla de aromas, según la costumbre de enterrar a los judíos. Cerca del lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto, y en el huerto, un sepulcro nuevo, donde nadie había sido enterrado. Aprovecharon entonces este sepulcro cercano para poner allí el cuerpo de Jesús, porque estaban en la Preparación del sábado solemne.
(Juan 19, 40-42)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
XV Estación
La Resurrección
V. Te
Adoramos Cristo y te bendecimos
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
El primer día de la semana, muy temprano, fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Al llegar, vieron que la piedra que servía de puerta al sepulcro había sido quitada. Entraron y no encontraron el cuerpo del Señor Jesús, de tal manera que no sabían que pensar.
Pero en ese momento, vieron a su lado dos hombres con ropas brillantes. Se asustaron mucho y no se atrevían a levantar los ojos del suelo. Ellos les dijeron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?” No está aquí. Resucitó.
(Lucas 24, 1-6)
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
El primer día de la semana, muy temprano, fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Al llegar, vieron que la piedra que servía de puerta al sepulcro había sido quitada. Entraron y no encontraron el cuerpo del Señor Jesús, de tal manera que no sabían que pensar.
Pero en ese momento, vieron a su lado dos hombres con ropas brillantes. Se asustaron mucho y no se atrevían a levantar los ojos del suelo. Ellos les dijeron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?” No está aquí. Resucitó.
(Lucas 24, 1-6)
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